La soñadora, La reveuse, The dreamer.
Oleo sobre lienzo, huile sur toile, oil in canvas, 92 X 73 xm.
Obra original, única y firmada de Yolanda Molina Brañas. Se incluye Certificado de Autenticidad firmado por la artista.
Se trata de una obra figurativa que presenta una figura humana dormida, rodeada de diversos elementos que representan sus sueños, y también su vida interior. La figura femenina está sentada en una silla de vivo color naranja, formando el centro de la pintura y visual. Sobre un suelo onírico de baldosas negras y rojizas, que terminan cubiertas por el agua, cuyas olas cubren también los pies descalzos de la figura. En la mano derecha lleva un pincel cargado de pintura blanca, simbolizando que es pintora y de que expresa su interior mediante el arte. Tras ella y a su alrededor, elementos de cuadros o de sueños, cargados de simbolismo en la escena, como las montañas de laberintos, o los árboles cuyas hojas se tornan pájaros al elevarse por el viento, o el cuervo blanco posado en el suelo.
Esta pintura es un autorretrato.
Del Informe de valoración:
“En la composición observamos a una figura femenina relajada, sentada en una silla, mientras sostiene un pincel en su mano. La escena parece fusionar elementos oníricos con simbología visual llamativa, destacando los tonos suaves pero contrastados en el plano de la figura central y elementos perturbadores tanto en el fondo (incendios y cuervos negros volando) como en el suelo (libros apilados, ajedrezado y agua). El entorno surrealista confiere a la obra un sentido de ensoñación y reflexión.
La obra se clasifica dentro del realismo mágico o surrealismo, debido a la combinación de elementos realistas juntamente con escenas o detalles propios de una fantasía onírica. En este estilo, el artista logra transmitir una atmósfera dual: por un lado, la tranquilidad que transmite el personaje central, y por otro lado, el caos en el fondo.
Esta combinación dramática suele resonar bien entre coleccionistas que buscan piezas que no solo representen una escena visualmente interesante, sino también narrativas complejas. Este tipo de retrato, además de los contrastes de colores y texturas, suele tener un gran valor en el mercado del arte contemporáneo, ya que muchos coleccionistas buscan obras vinculadas al surrealismo, lo cual ha sido una de las tendencias más influyentes desde el siglo XX.
Además, los símbolos visuales (cornejas negras, cuervo blanco, incendio, casa abandonada, el ajedrezado en el suelo que representa la dualidad) sugieren interpretaciones espirituales y filosóficas, lo que aporta todavía más profundidad a la obra.»
2500 €